Los estudios, el respaldo familiar y sus capacidades personales le permitieron al ingeniero Manuel competir en igualdad de condiciones, siendo su gran ventaja el poder del corazón para salir adelante. Fue así como hace dos años se presentó al concurso docente para aspirar a un cargo directivo. Su examen lo tuvo que hacer escuchando las preguntas por un lector certificado que le asignó el Ministerio, su lucha continuaba, pero cada día estaba más cerca el logro de ese gran objetivo.
Manuel ocupó el segundo lugar en una lista de elegibles y le fue otorgado el cargo de rector en una institución educativa del municipio de Margarita, sur del departamento de Bolívar, hasta donde viajó para posesionarse oficialmente.
La historia de Manuel nos deja muy claro que las barreras siempre van a existir, pero cuando el corazón sueña, no hay nada le que impida tocar el cielo.